Buscando estar más conectada con mi esencia me traje hasta el Mediterráneo, quería estar cerca de lo que me conmueve. La fotografía, los seres humanos, el océano y su fuerza, me convocan; es a través de contemplarles que puedo crear. En el ir y venir de las aguas circula lo que duelo, lo que sano. En el encuentro me espejo, mi ojo refleja lo que veo de otres y de mi misma. La foto sucede a través de mi, no me pertenece. No hago fotos de producto, los objetos son parte de la atmósfera en la que me involucro; me adapto a las necesidades sin perder la autenticidad. Mis trabajos y proyectos personales son casi todos analógicos; todavía creo en el lápiz, en el papel y cada disparo que hace el obturador es para mi, un destino.